Se suele hablar de la curva U de la felicidad, la cual ilustra cómo nuestra felicidad a lo largo de los años tiene forma de una sonrisa, o una “U”.
La línea comienza alta durante los primeros años, donde somos ignorantes de las complejidades de la vida, y decae en la medida que avanzamos por nuestra etapa universitaria y los primeros años laborales. Para luego subir en la medida que entramos en los años finales de nuestra vida laboral y avanzamos al retiro.
Sin embargo, en las ciencias sociales rara vez las cosas son tan exactas como parecen.
¿Es así en los estudios?
Sorprentemente este es uno de esos casos raros donde varios estudios tienden efectivamente a confirmar esto. Se observa que la forma de U se mantiene con ciertas variaciones según la manera en que se mide.
Hay variaciones según el tipo de pregunta, la encuesta, los países involucrados, pero en general el patrón se repite.
Y esto se mantiene aún en la presencia de “controles”. Estos son ajustes estadísticos que tratan de reducir el efecto de en que año nació la persona (ej: el efecto de haber nacido y/o experimentado guerra), su genero, estado civil, entre otros.
¿Por qué es así?
Hay varias teorías pero a mi me hace más sentido la siguiente.
Cuando jovenes pensamos que vamos a ser más felices posteriormente: cuando tengamos el trabajo soñado, cuando tengamos nuestra casa, cuando tengamos ese automóvil que tanto queríamos, etc. Vivimos con la ilusión de que las cosas materiales nos van a hacer felices cuando las obtengamos, pero a pesar de que nos da una alegría en el corto plazo, esa no se mantiene en el tiempo y con ello nuestra satisfacción con la vida cae.
También hay estudios que afirman que nuestra satisfacción con la vida cae cuando nuestros hijos son más jóvenes. Aunque puede sonar políticamente incorrecto, la crianza trae limitaciones a nuestro tiempo libre, mal dormir, menos nivel de actividad física, y puede afectar la satisfacción con nuestra relación amorosa, entre otros que afectan nuestro bienestar.
Sin embargo no hay dudas de que esto se invierte en el tiempo, y en la medida que nuestros hijos crecen podemos disfrutar la satisfacción de la crianza, y volver a reencantarnos con nuestra relación marital.
Luego, alrededor de los 50 años, después de haber sobrellevado la crisis de median edad (mid-life crisis), empezamos a realmente conocernos, a no complicarlos con lo que no lo vale, y empezamos a gestionar mejor nuestra felicidad. En términos de nuestra felicidad general, los 50s son los nuevos 20s.
Nuestra personalidad cambia, somos más estables emocionalmente, somos más conscientes de nosotros mismos y por lo mismo reducimos nuestra necesidad de entrar en conflictos que no contribuyen a nuestro desarrollo, lo que aumenta la percepción positiva de los demás hacia nosotros y la fortaleza de nuestras relaciones.
Después de los 80 años, tiende a haber más variabilidad en los estudios, esto es porque hay menos datos y en esas edades la salud tiene un gran impacto en nuestro bienestar.
¿Qué pasa con Latinoamérica?
Muchos de estos estudios se hacen en Estados Unidos o en Europa Occidental, donde hay muchos países con grandes ingresos y como expliqué en un post anterior, el dinero puede tener impacto en nuestra felicidad. Por esto, es razonable pensar que nuestra curva puede ser distinta.
Los datos recopilados en diversos estudios, como los de Blanchflower y Oswald (2017) y Blanchflower (2020), muestran que la forma de U también existe en Latinoamérica, aunque es mucho menos pronunciada, especialmente en las etapas más tardías de nuestra vida.
¿Qué pasa con las pandemias y las recesiones?
Sin duda la situación general tiene un efecto en nuestra felicidad. En tiempos donde se percibe una mayor inestabilidad económica, como las recesiones y la pandemia del COVID-19, nuestra felicidad cae rápidamente.
Conclusión
Es importante saber que nuestra felicidad va a cambiar con la edad. En general cuando somos jóvenes tenemos la ilusión de que la vida va a ir mejorando pues vamos a conseguir lo que queremos pero eso no necesariamente nos trae felicidad.
Sin embargo esto no es permanente y en general en la medida que envejecemos empezamos a estar más contentos con la vida.
También es importante notar que también temas como la situación de la economía, las pandemias y la crianza de los hijos van a tener un impacto en nuestra vida y si ya estamos en un momento complicado esto nos puede pegar aún más, pero como dicen los audios de Cristiano Ronaldo en TikTok, la vida va a mejorar.