¿Puede el dinero comprar felicidad?

¿Puede el dinero comprar felicidad?

La ciencia ha tratado de responder esta pregunta con resultados bien contradictorios, pero por fin se ha llegado a un acuerdo

El estudio más conocido: el dinero sólo compra felicidad hasta cierto punto

El estudio más popular en esta materia es uno publicado en 2010 por el premio nobel Daniel Kahnemann y Angus Denton (ver) el cual dice que nuestra felicidad aumenta mientras más dinero ganamos, pero una vez que se alcanza cierto salario ya no aumenta más. 

El efecto positivo es el promedio de las fracciones de la población que informa felicidad, sonrisas y disfrute. "No azul" es 1 menos el promedio de las fracciones de la población que informa preocupación y tristeza. "Libre de estrés" es la fracción de la población que no informó estrés el día anterior. Estas tres medidas hedónicas están marcadas en la escala de la izquierda. La escalera es el número promedio informado en una escala del 0 al 10, marcado en la escala de la derecha.

De cierto modo, nos “saciamos” de felicidad.

Nuevo estudio: no hay limite

Por otra parte, un estudio publicado en 2021 por Matthew Killingsworth (ver) refuta estos resultados y concluye que mientras más dinero ganas, más feliz eres.

Niveles medios de bienestar experimentado (informes de sentimientos en tiempo real en un continuo de bueno a malo) y bienestar (satisfacción general con la vida) para cada banda de ingresos. El eje de ingresos está transformado en logaritmo (de este modo es más fácil apreciar que aumenta, pero no es lineal).

El estudio definitivo

Para resolver esta pregunta, Killingsworth y Kahneman se juntaron con la también psicóloga Barbara Mellers y se embarcaron en algo llamado “investigación adversarial”, donde cada uno defiende sus puntos, pero con Mellers actuando como “árbitro” entre medio. Es como la lucha libre pero de científicos.

En el nuevo estudio (ver), la conclusión fue que efectivamente mientras más ganas, más feliz eres… pero no para todos.

Las personas más “infelices” (15th percentile en el gráfico) en realidad sí se “sacian” de felicidad. Esto explica porqué personas que están pasando por momentos muy difíciles, como un duelo, un quiebre amoroso, u otros similares, no pueden aumentar su felicidad a costa de tener o gastar más dinero.

También es sorprendente que aquellos que son más felices (85th percentile) reciben aún más efecto marginal que los otros grupos ante un aumento del ingreso.

Siempre el efecto es "marginal decreciente"

Aún cuando algunos de estos gráficos están representados casi por una linea recta ascendente es importante ver el eje horizontal. En estos gráficos, la escala de ingresos es logarítmica.

¿Qué quiere decir esto en español? Pues muy sencillo. Si bien el dinero sí pareciera comprar felicidad, no lo hace a un ritmo igual. Es decir, si ganas poco y te aumentan el ingreso por una cantidad, probablemente lo vas a disfrutar mucho. Pero luego vas a adaptar tu estilo de vida, y una subida igual de dinero no te va a provocar la misma satisfacción y alegría. Vas a requerir una subida mucho mayor para tener el mismo efecto en tu felicidad.

Y tú, ¿crees que el dinero podría ayudarte a ser más feliz?

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Preguntas frecuentes

¿Cuántos serían estos ingresos en Chile y el resto de Latinoamérica?

Un detalle importante todos estos gráficos es que los ingresos están en dólares estadounidenses y es difícil hacer la transformación al poder adquisitivo en Latinoamérica. Desde mi experiencia propia les puedo decir que un sueldo de $100.000 USD (anual, bruto) en Chile suena como una locura, pero en ciudades de alto costo de vida como San Francisco, Boston y Nueva York no se siente tan alto.

En mi propia percepción subjetiva, un sueldo anual de $100.000 dólares en estas ciudades se siente más o menos como un sueldo de $2.200.000 - $2.500.000 pesos chilenos en Santiago, Chile y si tienes hijos, se reduce aún más pues el costo de guardería es absurdamente alto, llegando a estar sobre $2.500 dólares por mes.